El duelo

El duelo es una experiencia universal y humana. La Psicología ha tratado de formular conceptos que expliquen sus características más importantes, intentando dar todas las respuestas posibles. Se trata de un proceso difícil y multidimensional, influido por factores psicológicos, físicos, sociales y culturales.

Sabemos que existe un vacío en los programas de intervención que se usan en personas que sufren un duelo. Los enfoques de operación en duelo siempre tienen dos caminos, uno para las personas que están atravesando un duelo normal y otra más concreta, para personas que presentan un duelo difícil, donde no se resuelve con la misma naturalidad que un duelo normal y se alarga en el tiempo.

En estos últimos años se están llevando a cabo múltiples estudios y programas cuyo elemento común es mindfulness. Las operaciones de mindfulness o “conciencia plena”, son muy numerosas; se utiliza tanto en personas con problemas psicológicos como en individuos sanos que quieren disfrutar de una mejor salud mental.

Hay distintos programas de habilidades mindfulness, pero la mayoría de las investigaciones giran alrededor del MBSR (Mindfulness-Bassed Stress Reduction), MBCT (Mindfulness-Bassed Cognitive Therapy) y MSC (MIndful Self-Compassion).

En esta investigación se estudia una población en duelo y se la somete a una aplicación de habilidades mindfulness que consiste en una fusión de los programas MBCT y MSC.

El trabajo está dividido en cuatro partes. Las tres primeras tienen como finalidad repasar los contenidos teóricos y los estudios más importantes en el área de conocimiento de mindfulness, compasión y duelo. La última parte es propiamente la investigación y la propuesta del modelo MDC (Mindfulness, duelo y compasión). Se estudian las variables para duelo normal y complicado; ansiedad, depresión y estrés; mindfulness; compasión y felicidad.

Se han empleado las siguientes escalas: Inventario de Duelo Complicado (IDC), Escala de Depresión, Ansiedad y Estrés (DASS-21), Cuestionario de las Cinco Facetas de Mindfulness (FFMQ), Escala de Autocompasión (SCS), Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS) y Escala de Felicidad Subjetiva (SHS).

Los resultados son muy esperanzadores, cabe resaltar que el programa MDC ha sido eficiente. Por esto, podría utilizarse como un componente psicoeducativo para ayudar a que las personas inmersas en un proceso de duelo admitan su situación de forma consciente y serena. A pesar de que el MDC se enmarca en las terapias de acompañamiento o asesoramiento psicológico, también puede utilizarse como una intervención, tal y como se pone de manifiesto en el presente estudio.

En su desarrollo normal, incluye manifestaciones cognitivas afectivas, fisiológicas y conductuales, entre otras (Lacasta y García, 2009; en Gil, 2016).

Por regla general, la resolución de este proceso es natural y no requiere de operación psicológica o psiquiátrica. En cambio, hay casos en los que el duelo no se resuelve de forma favorable y pasa a considerarse “duelo patológico o complicado”.

Es difícil estimar su prevalencia, pero diversas investigaciones lo sitúan entre el 7,5 y el 20% de los casos (Barreto, Yi y Soler, 2008). Hay factores de riesgo que median en el duelo y que pueden alertar de una dificultad del proceso.

Estos factores pueden relacionarse con características personales, la relación con el fallecido, las características de la pérdida, o aspectos relacionales. En el sentido contrario, también hay factores protectores que pueden indicar un mejor pronóstico para sobrellevar las circunstancias ligadas a la pérdida.

Mindfulness podría incluirse entre esas variables porque se trata de una herramienta de autocuidado que promueve estados emocionales positivos, flexibilidad mental y capacidad de encontrar sentido a la experiencia actual (Alonso, 2017).

Simón (2006), describe el mindfulness como una capacidad humana que consiste en la posibilidad de ser consciente de los contenidos de la mente, momento a momento. La instrucción primordial de la técnica es prestar atención a los contenidos de la conciencia, sean cuales sean.

Herramientas

La actitud idónea para desarrollarla incluye diversos componentes, como la aceptación, la abstención del juicio, la mente del principiante, soltar la experiencia o la bondad amorosa. La inclusión de las prácticas meditativas orientales en la ciencia occidental es fruto de un proceso de comunicación de la globalización.

Por otro lado, la maduración de las terapias cognitivas y el desarrollo de las terapias de tercera generación, ha permitido incluir las técnicas de atención plena como una de sus herramientas. De esto que la investigación psicológica a día de hoy se interese por las posibilidades terapéuticas del mindfulness. Las técnicas terapéuticas que utilizan mindfulness comenzaron a desarrollarse hace 25 años.

En la actualidad tienen protocolos y un cuerpo creciente de evidencia científica a su favor. Simón (2006), detalla las principales: la disminución del estrés basada en mindfulness (MBSR; Kabat-Zinn, 1982, 1990), usada para el manejo del estrés, dolor crónico, afrontamiento ante enfermedades y otros contextos psicosociales como el de población reclusa o las relaciones de pareja; la terapia cognitiva fundamentada en mindfulness (MBCT; Segal, Williams y Teasdale, 2002), usada en la prevención de recaídas de la depresión; la terapia de aceptación y compromiso (ACT; Hayes, Strohsal y Wilson, 1999), para elevar la flexibilidad psicológica en situaciones en que la persona no es capaz de vivir en plenitud; y la terapia dialéctica conductual (DBT; Linehan, 1993), utilizada en población con trastorno límite de la personalidad.

Por todo ello, han surgido nuevas aplicaciones de la práctica de mindfulness que no están tan desarrolladas como las citadas. Este es el caso de la aplicación a los procesos de duelo. Kabat-Zinn (2004), defiende que la práctica de mindfulness en este tipo de procesos nos permite sanar y transformar el dolor de la pérdida en amor y compasión.

Supone la comprensión de la muerte como parte natural de la vida, y del dolor ante la pérdida de un ser querido. De esta forma, la aceptación de la vulnerabilidad emocional facilitará la redirección del dolor hacia el crecimiento personal.

La labor de mindfulness es un proceso que nos permite observar la impermanencia de la experiencia, de la misma forma que ocurre en el proceso de duelo. De esto, su pertinencia para facilitar el problema.

Esta técnica puede ayudar a normalizar las concentraciones del duelo en todas sus formas, sean pensamientos, emociones, sensaciones o conductas.

La finalidad de esta tarea es realizar una revisión sistemática que determine la utilidad y el alcance del mindfulness como terapia en los procesos de duelo tras el fallecimiento de un ser querido.

Se plantean como objetivos concretos, comprobar el volumen de ensayos dedicados al empleo del mindfulness en personas en proceso de duelo normal o patológico y extraer las claves del conocimiento actual; identificar las variables de los diferentes grupos de investigación para establecer criterios comparativos de los resultados; relacionar las aportaciones de los estudios para establecer el punto actual del problema; discutir las fortalezas, limitaciones y enfoques futuros del campo de interés.

Diseño de estudio

Se realizó una revisión sistemática de acuerdo a las directrices de la declaración PRISMA (Moher, Liberati, Tetzlaff y Altman, 2009), usando la lista de comprobación de 27 ítems para confirmar la exhaustividad del estudio. Se realizó una búsqueda preliminar para identificar protocolos potencialmente relacionados con el tema, pero no se obtuvo ningún resultado similar.

Criterios de inclusión y exclusión

Ejemplo de estudios

Debido al apretado volumen de ensayos relacionados con el tema, se incluyeron ensayos controlados aleatorizados, no-aleatorizados experimentales, transversales y longitudinales.

Se tuvieron en cuenta los resultados publicados en inglés o español, que hubiesen evaluado la eficiencia del mindfulness en procesos de duelo. No se estableció acotación temporal en la búsqueda.

Ejemplo de participantes

Los alumnos debían ser personas adultas que hubiesen perdido a un familiar o allegado en los últimos meses o años. Se incluyeron los familiares de pacientes paliativos con esperanza de vida menor de un año al inicio de la investigación.

Resultados

Medidas de evaluación. Los estudios ofrecen medidas de diferentes variables, entre las que destacan: el nivel de mindfulness, la severidad de los síntomas de duelo, el grado de ansiedad, depresión o estrés postraumático y la percepción de calidad de vida y sentido de vida.

Como medidas para la evaluación del nivel de mindfulness, seis estudios usaron el Five Facets of Mindfulness Questionaire (Kloeger et al., 2015, Roberts y Montgomery, 2015; Roberts y Montgomery, 2016; Huang et al., 2019; Jain et al., 2019; Scocco, Zerbinati, Preti, Ferrari y Totaro, 2019). Además, se emplearon como medidas complementarias el Cognitive and Affective Mindfulness Scale-Revised (Kloeger et al., 2015) y el Self compassion scale (Scocco et al., 2019).

Para medir los síntomas de duelo, tres estudios se utilizaron del Inventory of Complicated Grief (O’Connor, Piet y Hougaard, 2014; Knowles et al., 2019; Lenferink, de Keijser, Wessel y Boelen, 2019). Dos estudios usaron la Utrecht Grief Rumination Scale (Lenferink et al., 2017; Knowles et al., 2019). Roberts y Montgomery (2015; 2016) utilizaron la Perinatal Grief Scale. Huang et al. (2019), se valieron del Inventario del duelo revisado de Texas, mientras que Jain et al. (2019), emplearon el Marwit an Meuser Caregiver Grief Inventory.

Los ensayos incluyeron medidas de los síntomas de ansiedad, depresión o estrés postraumático. De ellos, siete utilizaron instrumentos de evaluación para la ansiedad: Brief Symptom Inventory (BSI) (Fegg et al., 2013; Kloeger et al., 2015), Hopkins Symptom Checklist (HDCL) (Thieleman, Cacciatore y Hill, 2014; Roberts y Montgomery, 2015; Roberts y Montgomery, 2016), Generalized Anxiety Disorder 16 (Huang et al., 2019), Centrality of Event Scale (Knowles et al. 2019) y Profile of Mood States (POMS) (Scocco et al., 2019).

Conclusiones

La evidencia constatada nos ayuda a profundizar en el estudio y aplicaciones del mindfulness con el fin de ofrecer a las personas en duelo nuevas herramientas de gestión psicológica. Son necesarios más estudios que comparen la eficiencia de las variantes de la técnica frente a otras operaciones empíricamente validadas.

La finalidad será desarrollar a partir de ahí, operaciones eficientes y que se adapten a las necesidades universales que supone la pérdida de un ser querido.

Se ha llevado a cabo una búsqueda sistemática de la literatura en las bases de datos electrónicas Pubmed, Psycinfo y Web of Science.

La fusión de los bloques de palabras clave, permitió identificar los estudios entre los cuales doce fueron seleccionados para su revisión.

Los resultados apuntan a que el mindfulness es eficaz en la disminución de la severidad de los síntomas del duelo, ansiedad, depresión y estrés postraumático, así como el aumento en niveles de mindfulness, calidad de vida y sentido de vida.

A pesar de todo, son necesarios más estudios, con mayor rigor metodológico, que apoyen estas conclusiones. En Centro Mindfulness Madrid te enseñamos todo sobre esta técnica milenaria. Nuestros cursos de Mindfulness te ayudarán a profundizar en esta terapia.