Introducción a la neuroinflamación

Los marcadores biológicos más investigados son las citoquinas, los neuropéptidos y la proteína C reactiva. Las citoquinas son glicoproteínas responsables de la comunicación intercelular que colaboran en la regulación del crecimiento celular y desempeñan un papel crucial en los procesos de inflamación (Popa, 2007).

Las citoquinas se pueden clasificar en: a) proinflamatorias (Thl1): interleuquina 6 (IL-6), IL-8, factor de necrosis tumoral alfa e interferón gamma; y b) antinflamatorias (Th2): IL-10.

Los neuropéptidos son moléculas configuradas por la unión de aminoácidos que actúan como un neurotransmisor.

Se han reconocido más de un centenar de neuropéptidos, entre los que se encuentra la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), la vasopresina o el neuropéptido Y.

La proteína C reactiva es una proteína plasmática con propiedades significativas proinflamatorias, que puede estar implicada en la etiología de enfermedades reumáticas inflamatorias.

Ensayos en población sana

Oken y su equipo (2010), realizaron una investigación controlada aleatorizada para calcular la eficacia de una intervención de mindfulness en cuidadores de familiares con demencia, frente a dos grupos control: un control activo basado en psicoeducación y otro en que se hacía control de la respiración.

La intervención de mindfulness duró seis semanas y consistió en una adaptación del programa MBCT y MBSR. No se encontraron diferencias en los niveles de citoquinas entre las diversas condiciones experimentales.

Barrett y sus colaboradores (2012), proyectaron un estudio para valorar los posibles efectos de un programa de meditación, en la prevención de la enfermedad de infección respiratoria aguda.

El estudio se formó por un grupo experimental fundamentado en un entrenamiento de ocho semanas en meditación (programa MBSR), y dos grupos de control: un ejercicio combinado de ocho semanas con entrenamiento sostenido de intensidad moderada y un control observacional.

Los niveles de IL-8 en el grupo de meditación (MBSR), fueron más elevados que en el grupo de control, aunque de forma ligera.

Creswell y sus colaboradores (2012), llevaron a cabo un estudio para valorar si el programa MBSR, comparado con un grupo control de lista de espera, rebaja la soledad y regula negativamente la expresión del gen proinflamatorio, relacionado con la soledad en adultos mayores.

No se observaron modificaciones significativas en la citoquina IL-6, aunque sí que existió una tendencia hacia la significancia en el grupo de MBSR a reducir la proteína C reactiva.

Gallegos y sus colaboradores (2013), desarrollaron un análisis para examinar los efectos de actividades específicas del programa MBSR, como yoga, meditación formal e informal y exploración corporal, sobre la función inmune y el efecto positivo entre los adultos mayores.

No hubo diferencias en los niveles de IL-6 y no se encontraron asociaciones entre las actividades del MBSR y los niveles de IL-6. Tampoco se encontraron efectos positivos del MBSR entre los niveles de IGF-1 frente a yoga y meditación formal.

Rosenkranz y su equipo (2013), trazaron un estudio para comparar la capacidad de una intervención de ocho semanas del MBSR, y una intervención de un grupo control activo con un programa de mejora de la salud, para rebajar el estrés psicológico y la inflamación inducida de manera experimental en personas voluntarias.

No existieron diferencias prepostintervención en los niveles de TNF-alfa e IL-8 entre e grupo del MBSR y el grupo activo de intervención. El aumento de la práctica en el grupo del MBSR se ligó con un decremento de los niveles en TNF-alfa, mientras que el grupo control activo tuvo una tendencia a mostrar la relación opuesta.

Hayney y sus colaboradores (2014), realizaron un análisis para evaluar la respuesta del sistema inmune ante una vacuna gripal después de haber recibido un programa de MBSR o un programa basado en el entrenamiento físico, teniendo como grupo control a los pacientes en lista de espera. No se encontraron diferencias muy notables en la producción de IFN e IL-10 en las personas vacunadas en ninguno de los grupos de intervención.

Johnson y su equipo (2014), llevaron a cabo un ensayo para determinar el efecto de un entrenamiento basado en mindfulness, en los mecanismos de resiliencia de marines, en servicio activo frente a una condición control.

El grupo de intervención fundamentado en el mindfulness, tuvo una menor concentración de neuropéptido Y (NPY) en plasma después del entrenamiento que el grupo de control. El NPY es un neurotransmisor péptico que simboliza un factor protector del estrés (Russo, 2012).

Investigaciones en personas diagnosticadas de cáncer

Existen estudios en los que se han valorado los efectos de programas de MBSR, en determinados marcadores biológicos en pacientes con cáncer. Citamos los más importantes:

Carlson y su equipo (2003), realizaron un ensayo en el que se aplicaron un programa de MBSR a pacientes con diagnóstico precoz de cáncer de mama y de próstata. Este programa incorporaba meditación, yoga y prácticas diarias para realizar desde casa.

A pesar de que no hubo diferencias significativas en el número total de linfocitos o subconjuntos de células, la producción de las células T de IL-4 se incrementó y el IFN se acortó, mientras que la producción de células NK de IL-10 disminuyó.

Carlson y sus colaboradores (2007), realizaron un estudio igual al anterior, pero con medidas antes y después de la intervención y con seguimiento a los pacientes a los seis y doce meses.

Los patrones inmunes a lo largo del año indicaron una disminución continuada de las citoquinas TH1 (proinflamatorias). Respecto a los resultados de citoquinas en porcentaje de células T, se encontró una reducción significativa a lo largo de las tres medidas (pre, post y seguimiento), en IFN, TNF e IL-4.

Witek-Jausek y su equipo (2008), analizaron los efectos de un programa MBSR en una población de mujeres con diagnóstico precoz de cáncer de mama. Se realizaron evaluaciones de parámetros inmunológicos y calidad de vida al comienzo del programa, a la mitad y al final, y al realizar seguimiento a las cuatro semanas.

Se encontró una reducción de los niveles de producción de citoquinas IL-4, IL-6, IL-10. Los investigadores compararon dichos resultados con un grupo de control pasivo.

Lengacher y su equipo (2012), realizaron un ensayo para investigar si un programa de reducción del estrés basado en el mindfulness para el cáncer (MBSR-C), mejora síntomas físicos y psicológicos, la calidad de vida y marcadores de estrés entre pacientes de cáncer y cuidadores en etapa avanzada.

Hubo una rebaja notable en IL-6 en los participantes del grupo de MBSR. Lengacher y su equipo (2013), llevaron a cabo un análisis controlado aleatorizado, para poder estudiar el efecto de la terapia MBSR en la recuperación del sistema inmune del tratamiento de cáncer de mama, respecto a un grupo control.

El grupo MBSR tenía células T más fácilmente activadas por el mitógeno PHA en comparación con el grupo de control.

La producción de IFN no señaló cambios significativos antes y después de la intervención; en cambio, la producción de IL-4 se redujo en comparación con el grupo de control. Hubo una elevación en la relación Th1/Th2 en el grupo MBSR.

Bower y sus colaboradores (2015), realizaron un ensayo controlado aleatorizado para evaluar una intervención breve basada en el mindfulness diseñada para rebajar la depresión, el estrés y la actividad inflamatoria en los sobrevivientes de cáncer de mama (mujeres en estadio precoz o antes de los cincuenta años), frente a un grupo de control de pacientes en lista de espera.

El grupo de intervención basado en mindfulness mostró una disminución característica en la expresión génica proinflamatoria desde el inicio hasta la intervención posterior. No hubo efectos significativos en el grupo de intervención para IL-6, C reactiva y receptor de TNF tipo II.

Conclusiones

Las conclusiones se investigan en el metanálisis de nuestro grupo que revisa este artículo (García Campayo y cols., 2017).

Las intervenciones con personas sanas utilizaron principalmente un programa MBSR o MBCT. Los resultados corroboran que los programas de intervención basados en el mindfulness no tuvieron efecto en las citoquinas.

Tres de los análisis anteriores (Oken, 2010; Creswell, 2012; Gallegos, 2013), investigaron los niveles de IL-6 y no encontraron cambios significativos. IL-6 es uno de los mediadores de la inducción de síntesis de proteínas en fase aguda y es un importante regulador de la producción de la proteína C reactiva del hígado. IL-6 puede tener efectos pro y antinflamatorios, por lo que parece difícil evaluar sus cambios antes y después de la intervención.

Por otro lado, tampoco se encontraron diferencias notables en la producción de IFN e IL-10 (Hayney, 2014). IFN es una citoquina proinflamatoria que es importante para la inmunidad contra infecciones virales y bacterianas (Lerner, 2013). IL-10 es una citoquina antinflamatoria que reduce la producción de IFN.

Los resultados de las citoquinas IL-8 y TNF-alfa fueron débiles. Estudios futuros deberán valorar los efectos de las intervenciones basadas en el mindfulness en pacientes con diferentes características. IL-8 es una citoquina proinflamatoria que promueve la activación y migración de neurotrófilos.

Y TNF-alfa es una citoquina proinflamatoria que está involucrada en la protección contra infecciones y, por sus efectos antitumorales.

Con respecto a los neuropéptidos y la proteína C reactiva, se encontraron cierta efectividad. El análisis de Gallegos confirmó que el mindfulness se asocia con niveles más altos de IGF-1.

El IGF-1 es un factor de crecimiento que media en el desarrollo y crecimiento celular. Niveles más altos de IGF-1 están ligados con el incremento de la función cognitiva y la prevención del cáncer.

La investigación de Johnson (2014), reportó menos concentraciones de NPY con respecto al grupo de control después de la intervención, aunque estos niveles no fueron significativamente diferentes entre grupos en medidas basales o portintervención. Esta intervención puede tener un efecto muy beneficioso mejorando la recuperación ante el estrés.

Los resultados en relación con la proteína C rectiva fueron inconsistentes. Las intervenciones basadas en el mindfulness podrían ser efectivas en personas con un índice de masa corporal bajo.

En cuanto a la población con cáncer de los cinco estudios descritos, tres se realizaron con pacientes de cáncer de mama (Bower, 2015; Witek-Janusek, 2008; Lengacher, 2013), y los otros dos con tipos combinados (Carlson, 2003; Lengacher, 2012). Todos los estudios aplicaron la intervención MBSR. Los resultados muestran que el MBSR tuvo efectos en los niveles de las citoquinas, aunque no se pudieron determinar los tipos específicos.

Witek-Januse (2008), reportó que las reducciones en citoquinas Th2 (IL-4, IL-6, IL-10), pueden permitir la normalización de las citoquinas Th1 (IFN-y). Lengacher enseñó que el MBSR puede conferir efectos beneficiosos en la recuperación inmune.

Otro ensayo (Carlson, 2007), reconoció que las modificaciones en el sistema inmune con incrementos de IL-4 y decrementos en IFN, son consistentes con un cambio en el balance de TH1 (proinflamatorio) a TH2 (antinflamatorio).

La disparidad de tipos de cáncer es un problema para la interpretación de las relaciones entre las intervenciones y las citoquinas debido a las diferencias de género. Asimismo, hubo una heterogeneidad en la duración del diagnóstico de cáncer.

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