Introducción al mindfulness y el budismo

El profesor emérito de Medicina, Jon Kabat-Zinn, sus prácticas de yoga, zen y sus análisis con diferentes maestros, formaron la creación de la técnica de Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena.

Junto a otros entendidos confirmaron que el Mindfulness es el centro de la meditación budista, debido a su relación con la meditación Vipassana y Zen, que representan a la doctrina filosófica del aquí y el ahora.

El mindfulness es una técnica de meditación y un estado de conciencia que produce un estilo de procesamiento hacia la atención plena, lo que nos rodea y sobre todo lo que está ocurriendo.

A través del mindfulness se lleva a cabo un tratamiento de observación que no enjuicia y que ayuda a estar día de lo que nos rodea fuera y de lo que sentimos interiormente.

Mindfulness y la meditación Vipassana

A pesar de que existen otras tradiciones budistas como Vajrayana y Mahayana, el mindfulness se considera la piedra sesgada del budismo Theravada, el cual fue divulgado por buda Siddharta Gautama en Asia sudoriental y meridional.

Una de las principales técnicas de meditación del budismo Theravada es la Vipassana. Para entenderlo bien podemos ayudarnos de la traducción de la propia palabra “Vipassana”, que significa la experiencia de “observar las cosas tal y como son, no como nos parecen ser a nosotros”.

Esta meditación se define de la siguiente manera:

La persona se compromete a no robar, no matar, tener una conducta sexual adecuada, no mentir, no tomar sustancias tóxicas, no irritar la paz de los demás,… De esta forma se quiere lograr la serenidad suficiente para continuar.

En segundo lugar, se aprende a controlar la mente consiguiendo que se concentre en un mismo objeto. Se pueden usar como objetos la respiración, sensaciones, objetos mentales…

Y en tercer lugar se traza el desarrollo de la visión íntegra de la propia naturaleza. Esta es la cumbre de la enseñanza de buda: la auto-purificación, mediante la auto-observación.

Mindfulness y la meditación Zen

El mindfulness se alimenta también de técnicas de la meditación Zen, la cual se centra en la respiración y en las posiciones del cuerpo, como andar, estar tumbado y sentado. Los elementos esenciales de la atención plena, según Kabat-Zinn, son los siguientes:

Tener siempre paciencia: estar capacitados para respetar los procesos naturales de los sucesos y estar abiertos a cada momento, ya que las cosas se descubren cuando toca.

No juzgar: quitar la costumbre de analizar nuestras experiencias en buenas o malas.

Conservar la mente del principiante: tenemos que permanecer libres de las expectativas fundamentadas en experiencias previas.

Tener confianza en nosotros mismos y aprender a escuchar a nuestro propio ser, del mismo modo que a tener confianza en él.

No esforzarnos, debemos desatender el esfuerzo por conseguir resultados. La práctica regular del mindfulness produce resultados por sí misma.

Aceptarnos, ver que las cosas son como son en el presente. Debemos aceptarnos, aunque al principio la propia intensidad del proceso emocional nos haga negarnos y enojarnos con ello. Esto no es similitud de una actitud indiferente sino de la voluntad de ver las cosas tal y como son.

Mindfulness, terapia de 3ª generación

El mindfulness se plantea como elemento principal en múltiples terapias llamadas de tercera generación, suponiendo una cercanía más amplia a las experiencias emocionales propias, que fomentan una sensación de bienestar que coincide con aquello que es tan doloroso como inevitable.

Por consiguiente, el mindfulness es un fin en sí mismo, una manera de vivir plenamente consciente. Llegar a la conciencia plena es algo que requiere gran tesón a la hora de modificar malos hábitos como la evitación o la distracción, por lo que se requiere de mucha práctica para controlar esta técnica.

Por regla general, no notamos las sensaciones que ocurren en nosotros mismos, nos preocupamos solamente por el futuro y le damos vueltas al pasado, lo que nos impide atender a lo que es verdaderamente importante, el aquí y el ahora, un estado de consciencia que podemos conseguir a través del mindfulness.

¿Se practica únicamente en el budismo?

Para definir el mindfulness sería bastante reconocible para cualquiera que se adiestre en la atención. El mindfulness no es un territorio exclusivo del budismo. La atención plena es una especialidad de la religión budista.

Buda se refirió a él como «el camino hacia la iluminación». Y en los 2.600 años acontecidos desde entonces, muchos de los que siguieron los pasos del Buda han confirmado e innovado sus dotrinas de atención plena, con el fin de guiar a aquellos que quieran vivir de acuerdo con los principios budistas.

Thich Nhat Hanh, monje budista zen, vietnamita, confirmó que, si se vive de forma consciente y con concentración, observamos una realidad más intensa y somos capaces de contemplar la no permanencia sin desesperación o miedo.

¿Todos los budistas utilizan la técnica Mindfulness?

Muchos budistas realizan en concreto prácticas determinadas a labrar la atención plena. Otros puede que no lo hagan, pero la mayor parte de las prácticas budistas ayudan a obtener en nosotros un mayor sentido de conexión y conciencia con las personas y el mundo que nos rodea.

El nombre de Buda, significa «despierto». Así que, si hay energía en la atención plena entre personas que usan la meditación Vipassana o Insight tal como se enseña en la escuela budista Theravada, hay consecuencias encontradas en escuelas budistas como Vajrayana y Zen.

Los cuatro fundamentos del Mindfulness

Los enseñó el Buda histórico y son clave para ser conscientes. Hay que tener especial atención a:

  • Nuestros sentimientos
  • Nuestro cuerpo
  • Nuestra mente
  • El mundo que nos rodea

Si entrenamos la atención en estos cuatro fundamentos, vemos con claridad cómo son en realidad todas estas cosas, con independencia de nuestras nociones conceptuales sobre ellas.

El ejercicio en estos cuatro fundamentos de la atención plena es entrenar para ver la realidad con más realismo.

Sufrimos, según el budismo, no porque haya algo malo en nosotros, sino sencillamente porque no somos capaces de entender la naturaleza de la realidad.

El budismo nos ayuda a llegar a un acuerdo con la existencia, al trabajar nuestra conciencia de las tres características de la experiencia.

Son: la no permanencia, la perspicacia y el sufrimiento, palabras que seguramente ha oído y cualquiera que haya leído sobre Budismo más que un poco. Al vivir con concentración y en consciencia, vemos una realidad más profunda y somos capaces de presenciar la impermanencia sin miedo o desesperación.

Conclusiones del mindfulness y el budismo

  • “Date autorización para cambiar, curar, conectar contigo…”
  • “Perseverancia y Esperanza, claves de bienestar”.
  • “Cuando acepto lo que no puedo modificar, me siento libre”.

El Mindfulness es la capacidad humana fundamental de vivir en su totalidad en el presente, consciente de dónde estamos y lo que estamos haciendo en este momento, sin sentirnos agobiados por lo que sucede a nuestro alrededor.

Si tienes atención plena tu mente presta atención a lo que está sucediendo en el momento actual, a lo que haces, al espacio por el que te estás moviendo.

Si nuestra mente se aleja, perdemos el contacto con nuestro cuerpo, con nuestra realidad y enseguida nos envolvemos en pensamientos negativos sobre algo que acaba de suceder o que nos preocupa del futuro. Y eso nos conduce a la ansiedad.

En Centro Mindfulness Madrid te enseñamos la práctica de esta meditación.