Prácticas de Mindfulness para niños: algunos consejos para tener éxito

Mindfulness para niños resulta una práctica fabulosa para practicar en casa. Por una parte, propicia un clima de amigabilidad y equipo, entre los integrantes de la familia.

Fomenta los valores de la comunicación y es un espacio para dejar un poco de lado los roles. Sí, para que, como padres, pasemos a ser compañeros de juego de nuestros pequeños.

Por otra parte, genera en tus hijos grandes beneficios. Entre ellos podemos destacar:

Mindfulness para niños: beneficios inmediatos de practicarlo en casa

La confianza en sí mismos:

a través de el auto.conocimiento, se descubren las capacidades propias. Se develan las aptitudes y, una vez, estas se reconozcan, nuestros hijos buscarán elevarlas con empeño en la práctica de sus fortalezas.

Fortalecimiento de la memoria

La memoria es crucial para el desarrollo intelectual. La capacidad de recordar, permite que mucha información les ayude a manejar sabiamente todos los aspectos de su vida: se verán trastocadas así sus emociones, sus conclusiones intelectuales y su relación con los demás.

Además, sus mecanismos para absorber y procesar información resultarán de un esfuerzo mínimo.

Atención plena

La atención en el presente es uno de los principales beneficios de mindfulness. Que tus hijos estén conscientes del ahora les ayudará a percatarse de sus acciones y ver de modo crítico las de los demás.

Por tanto, manejarán de mejor manera su relación con los otros y se vincularán con quienes les aporten un contacto positivo.

¿Minfulness para niños es posible a pesar de que sean tan difíciles de controlar?

Sí es posible. Y es porque existen métodos probados para llevar a tus hijos a la práctica de modo dinámico y jovial.

Ellos jamás llegarán a ella a través de la imposición. Por eso, te damos unos consejos para que los pongas en práctica en casa.

Sé paciente y constante

Para llevar a tus hijos a una rutina de prácticas de Mindfulness, es importante esperar. No verás los resultados de inmediato, pero seguramente, con constancia, pronto serás testigo de ellos.

Para los más chicos, de entre 4 y 5 años, de dos a tres días a la semana, bastará. Maneja tiempos de entre 4 y 5 minutos para cada meditación.

Para niños más grandes, estarán bien prácticas de entre cinco y quince minutos. Luego de los 5 años, los chiquillos pueden manejarse mejor. Podrán prestar más tiempo para la actividad, pues despertará en ellos interés.

Busca un lugar tranquilo:

Es verdad que con el tiempo podrán realizar las prácticas mindfulness para niños en lugares bulliciosos, sin que eso sea problema.

No obstante, como inicio, te recomendamos buscar un lugar tranquilo y reconfortante. Uno donde ellos, que apenas inician, tengan el mínimo de distractores posible. Así, será más sencillo llevarlos al estado de atención que se busca.

Puede ser un solar, lejos del perro y el ruido de los automóviles. Un espacio fresco y despejado. Busca la mayor tranquilidad posible y sienta a tus pequeños en círculo.

Propón un juego

A los chiquillos les encanta jugar. Plantéales un juego y diviértete con ellos mientras desarrollan la práctica.

Acepta sus propuestas, dirigiendo todo sutilmente. Si han de querer hacerlo solos, está bien. Escucha y acepta pues el ejemplo es el mejor consejo que has de darles.

 Todo esto lo puedes aprender en nuestros programas de Mindfulness para niños en Madrid, donde aprenderás ejercicios para realizar con tus hijos y que disfruten meditando.