Mindfulness en lesiones deportivas

El concepto Mindfulness o conciencia plena, lo definimos como el hecho de prestar atención, en el momento presente y sin juzgar la experiencia vivida (Kabat-Zinn, 1982). Se le considera como técnica de tercera generación en terapia conductual, aplicándose en diversos campos con beneficios en variables como la gestión del estrés, el dolor o la calidad de vida.

Queremos analizar los trabajos experimentales en psicología del deporte, con operaciones basadas en mindfulness y comprobar los grandes beneficios de la aplicación de este método de trabajo, para adaptarlo a la prevención, rehabilitación y recuperación de la lesión deportiva.

En deporte, la lesión deportiva constituye un problema muy grave, por su elevada prevalencia y sus consecuencias físicas, emocionales y sociales que conlleva. El campo de la psicología del deporte ha estudiado de forma amplia las variables psico-emocionales que intervienen en la lesión deportiva, para avanzar en su mejor prevención y tratamiento.

En los últimos años nos hemos encontrado con un aumento de participantes en actividades físico-deportivas. Por un lado, la gran exigencia del deporte profesional, y por otro el aumento de personas que realizan ejercicio físico por ocio- salud o diversión, ha dado lugar al aumento de las lesiones deportivas.

Desde un punto de vista epidemiológico, Kraus y Conroy (1984), estimaron que al año se producen entre 3 y 5 millones de lesiones deportivas en Estados Unidos, con un alto porcentaje entre los adolescentes y adultos jóvenes. Más reciente, Palmi (2001), señala que aproximadamente el 40 % de los deportistas sufre una lesión de más o menos gravedad a lo largo de la temporada, con las consecuencias biopsicosociales que este hecho conlleva (Ortín, Garcés de los Fayos, & Olmedilla, 2010). Esta realidad ha ayudado a que una de las áreas de aplicación de la psicología del deporte, haya evolucionado tanto en su prevención como en su tratamiento y readaptación al deporte.

Para corroborar la explicación y la intervención sobre estos complejos procesos, se requiere un planteamiento multidisciplinar, ya que los factores implicados en la lesión son variados y heterogéneos. Varios ensayos (Abenza, 2010; Heil, 1993, Palmi, 2001), diferencian dos tipos de factores causantes de la lesión: factores internos (aspectos medicofisiológicos-biomecánicos, y psicológicos), y factores externos (infraestructura-material deportivo y la conducta de otros deportistas). Los aspectos medicofisiológico-biomecánicos han sido estudiados con gran profundidad (Parkkari, Kujala, & Kannus, 2001).

Respecto a los psicológicos, el análisis histórico nos permite afirmar que, a pesar de algunos estudios preliminares en los años 70 (Abadie, 1976), la relación entre psicología y lesión deportiva empieza a tomar importancia como tema de estudio a partir de la publicación del modelo sobre estrés y lesiones de Andersen y Williams (1988).

Se proponen tres grandes factores psicológicos que explicarían la vulnerabilidad o riesgo del deportista a lesionarse, por lo que deben ser evaluados y tenidos en cuenta en toda operación: la personalidad, la historia personal de estrés diario y los recursos de afrontamiento del deportista.

Este prototipo teórico, junto con el de Wiese-Bjornstal, Smith, Shaffer y Morrey (1988), sobre la respuesta psicológica a la lesión y los modelos centrados en las reacciones emocionales del deportista (Brewer, 1994; Heil, 1993), delimitan una serie de líneas de investigación sobre los componentes psicológicos de la lesión (Olmedilla, Ortega, Abenza, & Boladeras, 2011), destacando las siguientes: relación entre factores psicológicos y vulnerabilidad a lesionarse, relación entre historia de lesiones y su influencia en el deportista, reacciones emocionales del deportista lesionado y la implementación de programas de intervención psicológica para la prevención de lesiones o la rehabilitación y readaptación deportiva del atleta lesionado.

Queda patente la relación entre determinadas variables psicosociales y el riesgo de lesión deportiva (Ortín et al., 2010); pero también existe dispersión teórica y metodológica a la hora de estudiar esta relación, así como una necesidad de ampliar los datos objetivos sobre la incidencia, prevalencia, e impacto bio-psico-social de las lesiones deportivas (Olmedilla y García-Mas, 2009).

Metodología

Hemos llevado a cabo una revisión bibliográfica en las siguientes bases de datos: Medline, Psychinfo, Cochrane, Ebscohost, Isi Web of Knowledge. Se comprobaron trabajos escritos desde el año 2000 hasta el año 2013, con las palabras claves: lesión deportiva, psicología del deporte, prevención y rehabilitación. Nos hemos centrado en las revisiones sistemáticas existentes publicadas durante el período indicado.

Operaciones psicológicas para prevenir lesiones deportivas

Las operaciones psicológicas afrontadas a la prevención de lesiones habían sido encaminadas a la reducción del estrés, siguiendo el modelo de Andersen y Williams (1988).

Estos mismos autores, en su revisión del año 1998 (Williams & Andersen, 1998), establecen dos líneas primordiales de prevención: por un lado, modificar la valoración cognitiva de situaciones estresantes y por otro cambiar los aspectos fisiológicos y atencionales de la respuesta de estrés, gracias al entrenamiento psicológico de habilidades de afrontamiento y recursos personales (Abenza, 2010; Ortín et al., 2010; Palmi, 1995; 2001). De la revisión realizada destacan la visualización mental (23,1 %), la relajación (19,2 %), “entrenamiento cognitivo del estrés” (11,54 %).

La eficiencia de estos programas en la prevención de lesiones ha sido verificada en cuatro trabajos (Johnson, Ekengren, & Andersen, 2005; Maddison, & Prapavessis, 2005; Noh, Morris, & Andersen, 2007; Perna, Antoni, Baun, Cordon, & Schneiderman, 2003), reduciendo la frecuencia y gravedad de las lesiones respecto al grupo control (sin tratamiento).

Palmi (2001), desarrolla una propuesta de programa de prevención de lesiones deportivas. En este trabajo destaca los siguientes aspectos: mejorar la formación específica de los profesionales del deporte (consciencia y reducción de riesgos); mejorar los recursos psicológicos del deportista (programas de entrenamiento mental individualizados); planificar el entrenamiento y la competición con objetivos realistas y exigencia progresiva (entrenamientos, competiciones, carga mental, descansos), y mejorar los recursos técnicos para una óptima ejecución deportiva.

Conclusiones

Este ensayo realiza una revisión bibliográfica actualizada sobre los factores psicológicos de la lesión deportiva, tanto en la prevención como en la rehabilitación y recuperación. Es un campo delicado, por lo que es imprescindible que se aborde bajo un enfoque multidisciplinar.

Se debe aumentar la metodología aplicada a los estudios para trabajar con muestras homogéneas (comparabilidad), más amplias y con más presencia de grupo control, aunque, tal como señalan Olmedilla et al. (2011), se están haciendo esfuerzos para elevar el rigor metodológico de las investigaciones en psicología del deporte.

Debido al gran número de variables usadas, se abre una muy interesante línea de investigación futura: hacer una revisión exhaustiva de los cuestionarios y sistemas de evaluación usados hasta el momento, y plantearse si se necesitan cuestionarios nuevos que resulten más válidos y fiables. En la revisión de Olmedilla et al. (2011), un 50,39% de instrumentos utilizados son tests o cuestionarios. Destaca también el aumento de trabajos de carácter cualitativo, un 22,48%, por lo que será cada vez de mayor importancia este enfoque.

Aún hay pocas operaciones psicológicas de prevención de lesiones deportivas, si lo comparamos con la investigación en protocolos de rehabilitación. Es vital aumentar la investigación, definir bien las operaciones y aplicarlas correctamente en el contexto deportivo, de forma que puedan ser fácilmente adoptadas por el equipo técnico.

Palmi (2001), afirma que los fundamentos de la aproximación psicológica son el enfoque educativo-preventivo de la situación, la utilización de metas para mantener la motivación, el entrenamiento en habilidades psicológicas y el apoyo social para mantener la confianza. Se considera muy eficaz el choque en función del momento o fase del proceso de lesión: diferenciaremos claramente entre intervención preventiva y postlesión.

En la primera nuestra finalidad será entrenar los recursos psicológicos, buscando un nivel óptimo de tensión muscular, reducción del estrés, un correcto control atencional y la mejora de los recursos de afrontamiento. En la fase postlesión, la finalidad variará según el momento: en la fase de inmovilización el objetivo será dar al atleta estrategias de control de la ansiedad y de aceptación de la realidad.

Utilizaremos para ello el entreno de habilidades de comunicación, técnicas de relajación y buscaremos una óptima adherencia al tratamiento (compromiso).

En la fase de movilización el objetivo será realizar una correcta recuperación, readaptación y vuelta a la competición, trabajando para ello las habilidades de comunicación, las técnicas de relajación e imágenes mentales y el control de la ansiedad (Palmi, 2002), siendo de gran importancia el apoyo social del atleta.

Dada la repercusión que la lesión deportiva tiene, se necesita seguir investigando y trabajando para la reducción de los altos porcentajes de personas que padecen una lesión deportiva y reducir los efectos psicosociales que las lesiones conllevan.

En el ámbito de la psicología del deporte se está usando para mejorar la gestión del estrés y la mejora del rendimiento de los deportistas (Birrer et al., 2012).

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