Introducción al Mindfulness en Psicología del Deporte

Sobre las nuevas aplicaciones en Psicología del Deporte, la utilización de Mindfulness resulta ser una herramienta de intervención novedosa enfocada a una mejora de rendimiento en los atletas (Carraça, Serpa, Palmi y Rosado, 2018).

Mindfulness también conocido como “atención plena”, surge de la traducción al inglés de la palabra “Sati”, el cual fue descrito en un primer momento por Kabat-Zinn (1990), que junto a otros escritores lo definen como “una conciencia centrada en el presente, no enjuiciadora, en la cual cada pensamiento, sensación o sentimiento que surge en el campo atencional es reconocido y aceptado tal como es”.

Otros escritores como Bishop (2006) separan dos componentes en la idea de mindfulness, por un lado, la finalidad es reconocer y mantener la atención hacia los sucesos mentales que surgen en el momento presente. Por otro lado, la persona adopta una actitud de aceptación, curiosidad y apertura en el presente.

Germer en 2005 (Cepeda y Romero, 2014), plantea que hay distintas perspectivas de comprender la noción de mindfulness: primero, considera que es un ejercicio de meditación; segundo, se mantiene la conciencia centrada en el presente; tercero, implica orientar la atención, a darnos cuenta de los acontecimientos de la experiencia presente.

Según Palmi y Solé (2016), para que un atleta logre llegar al estado de conciencia mencionado, puede usar distintas metodologías dentro de su entrenamiento, como la meditación, el yoga, mantener la consciencia en las actividades de la rutina diaria, ejercicios respiratorios y de consciencia corporal entre otros.

Las técnicas de operación con mindfulness que usa la Psicología se enmarcan dentro de la llamada “ola de terapias” o “terapias de tercera generación” (Hayes y Strosahl, 2004; Pérez-Álvarez, 2012), las cuales han tenido un gran desarrollo desde la década de los 90.

Algunas de estas terapias son la terapia de aceptación y compromiso (ACT), (Hayes, Strosahl y Wilson, 1999), la psicoterapia funcional analítica (FAP) (Kohlenberg y Tsai, 1991), la terapia de conducta dialéctica (DBT) (Linehan, 1993), la activación conductual (BA) (Jacobson, Martell y Dimidjian, 2001), la terapia conductual integral de pareja (IBCT) (Jacobson, Christensen, Prince, Cordova y Eldridge, 2000) y Mindfulness Based Cognitiva Therapy (MMBCT) (Segal et al., 2002).

Mindfulness pude utilizarse para la intervención psicológica tradicional en deportistas, implicando por parte del atleta la aceptación radical de la experiencia, abandonando el control de los eventos internos y adoptando una postura contemplativa, así, este modelo de intervención contribuirá a que los deportistas aumenten su rendimiento.

Según Segal (2002), la práctica continuada de mindfulness ayuda a disminuir la reactividad emocional (menor rumiación de los pensamientos), y favorece la apertura a la experiencia.

Kabat-Zinn, recoge siete factores de actitudes fundamentales que el atleta tendrá que aprender para desarrollar una actitud de atención plena, con la finalidad de afrontar su rendimiento.

Dichos factores son: no juzgar, paciencia, mente de principiante, no buscar hacer, confianza, ceder y la aceptación.

Estos factores mejoraran con el entrenamiento continuo, como si de un entrenamiento de resistencia, fuerza, flexibilidad o velocidad se tratara, por tanto, es fundamental el compromiso del deportista en cada práctica.

Las investigaciones de Slagter (2007), demuestran que se necesitan al menos 3 meses de experiencia en mindfulness para realizar un hábito más eficiente de los recursos atenciones. Otros escritores encontraron que tan sólo con 4 días de práctica ya se mejoran las capacidades atenciones de procesamiento espacial, memoria de trabajo y ejecutiva, comparando a los sujetos que lo utilizaron con un grupo control (Zeidan, Johnson y diamond, 2010; Goolkasian, 2010).

Hablando del concepto de atención plena, los escritores Cepeda y Romero (2014), lo definen como estar en el momento presente y no atender a hechos pasados o anticipar eventos futuros, como ganar o perder. Los deportistas suelen describir la sensación de estar con atención plena, estar presentes y conscientes.

Ejercitar atención plena determina que el atleta tome una perspectiva de sus patrones de respuesta o su forma de afrontar las situaciones de la competición.

Si en un deporte de combate golpean al deportista en la cara, la activación emocional se eleva y es probable que la respuesta sea de ataque descontrolado, mientras que, si se ha realizado un entrenamiento en mindfulness, el deportista será consciente de su emoción y pensamientos presentes y podrá aceptar el golpe como experiencia propia del combate.

Hay mucho interés en los últimos años por utilizar las técnicas de mindfulness que acompañen la intervención en Psicología del Deporte, donde existe un continuo progreso de desarrollo de las técnicas y programas de operación con mindfulness en el deporte, aunque no ha sido hasta las últimas dos décadas cuando han comenzado a desarrollarse investigaciones experimentales.

Existen dos enfoques experimentales para trabajar el rendimiento de los atletas y que tienen que ver con mindfulness. Por una parte, el programa de Kaufman y Glass (2006), Mindfulness Sport Performance Enhancement (MSPE), que combina la reducción de estrés a través mindfulness (MBSR) y la terapia cognitiva fundamentada en mindfulness (MBCT), donde se entrenan habilidades de mindfulness y aceptación del momento.

Se trabaja en 4 sesiones con una duración de 2,5 a 3 horas por sesión (Pineau, Glass y Kaufman, 2014).

Estos programas aplicados en Psicología del Deporte implican un entrenamiento mental y un empleo de emociones que pueden ayudar al deportista a lograr un rendimiento óptimo y el bienestar psicológico.

Conclusiones al Mindfulness en Psicología del Deporte

No hay dudas del impacto del Mindfulness produce en la mejora de competencias cognitivas atencionales (Mindfulness) y de vigilia (awareness) 7 de las 8 investigaciones que median el impacto en estas variables, arrojan resultados significativos.

El Mindfulness ayuda a generar mayor compromiso y orientación a objetivos, ya que los dos estudios que se propusieron medir estas variables, arrojaron resultados significativos (Franco, 2009; Goodman, 2014).

Hay que destacar la recurrencia de algunos ensayos a relatos personales sobre las experiencias con estos programas: (Aukee, 2014; Goodman et al., 2014; MacDonald, 2018; Scott-Hamilton, 2016), ponen en evidencia como la práctica del Mindfulness genera actitudes positivas y mejoras en las calidades de vida que los beneficiarios afirman experimentar, aún sin ello poderse reflejar en de manera significativa en las variables que los investigadores monitorizaban.

Con respecto a los diseños de investigación, la mayoría de los diseños de los estudios son de tipo longitudinal con Pre-Test y Post-Test, con grupo control, aleatorios y de intervención única con cada deportista. Solo el estudio de Aukee (2014), no contó con grupo de control. Por lo que, para investigar Mindfulness en deporte, es importante realizar estudios longitudinales (pre-test y post-test), y diseños con grupos de control.

En otra revisión sistemática realizada por Palmi y Solé (2016), se detalla que las mayores limitaciones encontradas en las investigaciones sobre Mindfulness en Deportes, tienen que ver con la poca estandarización de los protocolos de intervención y con el exceso de variedad y adaptación de las intervenciones a los casos aislados.

Hay quienes sostienen que, para mejorar el impacto de los programas de intervención en psicología del deporte, es necesario proceder a una adaptación individualizada en lugar de colectiva, (Martin y Toogood, 1997).

Concluyendo, las operaciones con Mindfulness en el deporte están a la orden del día. Se necesitan más investigación que aporten mayores muestras y objetividad a la intervención. Podemos decir que este tipo de técnicas encajan perfectamente en programas de intervención cognitivo-conductuales o de otro tipo.

Hay que citar el carácter variado de las necesidades que inducen a la práctica del Mindfulness, así como el carácter cambiante de la evolución de los destinatarios a lo largo del proceso de intervención, lo cual puede implicar el recurso, por parte del técnico, a cambios repentinos frente al plan de trabajo establecido, en fruto de un mayor provecho de los beneficiarios, y de una adaptación a sus circunstancias sujetas a la evolución de sus resultados en entrenamiento y competición.

Hay necesidad de que los nuevos ensayos de intervención se esfuercen en usar herramientas metodológicas que aumenten la fiabilidad y validez de sus investigaciones. Es conveniente aumentar la objetivad en los estudios, tanto en sus herramientas de evaluación (test, cuestionarios, variables fisiológicas) como en sus intervenciones (registros, análisis de datos, estrategias probadas).

Hay que señalar que, por Mindfulness se entiende una práctica meditativa, que atiende a un propósito muy preciso, “prestar atención al presente, momento por momento, siguiendo el procedimiento y la intención de no juzgar lo que está sucediendo” (Kabat-Zinn, 2003).

Un psicólogo que recurra a aplicar programas de mindfulness tendrá que diferenciar la intervención individual de la colectiva, puesto que el mindfulness puede ayudar a finalidades diferentes.

Tendrá que considerar la diferencia sustancial entre estas tres circunstancias de aplicación: equipos, grupos e individuos aislados, puesto que los objetivos y la contribución de la técnica podría afectar a variables muy dispares.

Existe un territorio de intervención aún inexplorado para psicólogos que consiste en el uso de la tecnología para la aplicación y medición de los resultados en deporte, así como la obtención del Big Data derivado, que podría contribuir a una mayor precisión en el ámbito de investigación.

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