Orientación consciente a edad temprana: Mindfulness como terapia para niños y adolescentes
Existen sorprendentes testimonios de cómo la enseñanza y la práctica de las técnicas de mindfulness como terapia para niños funcionan con mayor eficacia. Solución útil hoy en día, en que el estrés se levanta como una patología que amenaza incluso a los más pequeños.
Las características pedagógicas que la terapia significa, hacen fluir su potencial y aprovechan su fascinación a edad temprana. Haciendo más humilde el proceso de meditación y de reconocimiento personal.
En las escuelas es idóneo aprovechar el grupo para realizar sesiones en las que los jóvenes se sientan cómodos compartiendo la experiencia. Tras la invitación a cerrar sus ojos y el acompañamiento de ejercicios de respiración, comienza el registro de sus pensamientos y lo que acontece a su alrededor.
Las sesiones terapéuticas con mindfulness a edad temprana ofrecen la oportunidad de abordar diferentes objetivos en cada ocasión: Atención en el oído, ver consciente, respiración consciente, o el envío de pensamientos positivos a los demás (heartfulness). El resultado derivará en la disminución de estrés y una mejora notable en el rendimiento escolar.
¿Adoptar mindfulness como terapia para niños puede fortalecer mi relación familiar?
Introducir la práctica en el hogar es una gran idea. Es precisa la participación de los padres, eliminando las figuras de autoridad y los roles, fomentando la igualdad. Puedes crear rutinas en las mañanas para disfrutar del sol. En un área cómoda dispónganse a relajarse, cerrando sus ojos en familia y concentrándose en la respiración.
La conexión generada con sus pensamientos, sus sensaciones y sus emociones más sinceras, alimentarán la bondad en la atmósfera. Aumentando también la curiosidad por seguir avanzando en las prácticas terapéuticas de mindfulness con los más pequeños de la casa.
Todo apostando a generar un contundente impacto positivo en la familia.
El propósito de las prácticas de atención plena en los niños y adolescentes, se centra en ofrecerles herramientas que desarrollen sus habilidades. Fortaleciendo la capacidad de disfrutar conscientemente de su interior y su exterior mediante la experiencia.
La posibilidad de pavimentar su camino con conceptos que aporten a su claridad y estabilidad emocional es una oportunidad. Así podrán reconocer sus pensamientos, entendiéndolos como “Simples pensamientos”, también entender sus emociones y como estas afectan sus cuerpos. En síntesis, representa el auto reconocimiento sin prejuicios.
Siempre atentos a mantener la atención en el momento presente y proporcionando habilidades para controlar sus impulsos a tiempo.
Qué hacer si hay resistencia a mindfulness como terapia para niños
Las sesiones pueden ser llevadas a cualquier lugar. En el hogar los niños pueden practicar mindfulness haciendo un paréntesis en sus labores diarias e incorporándolas en su día a día.
La inclusión del núcleo familiar favorece las relaciones interpersonales, además de la empatía. Sin olvidar que formará individuos más pausados y conscientes a la hora de responder asertivamente a las situaciones cotidianas.
Lo importante siempre será que la participación sea voluntaria. Iniciar las sesiones de mindfulness en familia ayuda en la construcción de puentes y el entendimiento.
Sin embargo, si los niños o los jóvenes no se interesan, forzarlos no es la respuesta. Invítalos amablemente a presenciar como los demás participan. Adoptar una postura pasiva como espectador puede despertar su interés.