Meditación Mindfulness y empatía
La relación entre Mindfulness y la empatía es antiquísima, incluso cuando esto pueda evidenciarse apenas hoy día, gracias a la neurobiología. Una meditación budista “metta” es de las más conocidas en occidente. Esta palabra de origen Pali, traduce amor. Y junto a la compasión, la alegría y la ecuanimidad, conforma los cuatro inconmensurables estados de la mente.
Quizá hayas leído el término “loving-kindnesss” muy asociado al mindfulness. Esto traduce amor compasivo o bondad amorosa. Lo que pretende es que el meditador, por medio de técnicas diversas, estimule en sí mismo el amor hacia otros y la compasión, así como la auto-compasión.
Al estudiar la actividad electroencelográfica en un grupo de sujetos de experimento, los cuales recibían la indicación de generar en sí mismos el estado de compasión no referencial o pura (sin objeto) actitud que se define como la disponibilidad sin restricciones y la voluntad de ayudar a los demás seres vivos; Cols y Lutz descubrieron que desarrollaban oscilaciones de gran amplitud en la banda de frecuencias gamma (25-42 Hz), especialmente en los electrodos laterales fronto-parietales; esto en contraposición a los controles (grupo de personas en no experimentación). Para el proceso de estudio, se aprovechó el apoyo de monjes tibetanos, con entre 10.000 y 50.000 horas de meditación. Experiencia clave para la conducción de los ejercicios.
El aumento que se encontró en la sincronización neuronal, se interpreta como un incremento del número de neuronas reclutadas durante la actividad y de la precisión temporal de las descargas tálamo-corticales de dichas neuronas. Las diferencias entre ambos grupos no eran evidentes solo en el tiempo de la meditación, sino también en los periodos pre y postmeditativos. Esto indica que la actividad de meditar produce cambios en el funcionamiento cerebral a largo plazo.
Los autores del estudio llegan a una conclusión importante. Los procesos atencionales y afectivos pueden entrenarse, aunque aún no alcanzamos la comprensión exacta del papel funcional que estas funciones desempeñan en el cerebro, en la banda de frecuencia gamma.
Una serie de descubrimientos ha contribuido a esclarecer nuestra visión del tema de la empatía. En 1996, un grupo de investigadores italianos, descubrieron que un tipo particular de neuronas que eran descargadas en la corteza premotora de los macacos, cuando estos llevaban a cabo acciones motoras dirigidas hacia una meta, no solo entraban en actividad allí, sino también cuando otros individuos ejecutaban dichas acciones. Se les denominó, neuronas en espejo.
La existencia de estas ha sido demostrada también en seres humanos, aunque para ver esta acción en este caso, hay que recurrir a técnicas más indirectas que las que se emplean en monos. El gran neurocientífico Vilayanaur ha determinado que el descubrimiento de estas es tan importante en la psicología, como el DNA en la Biología. Y esto es porque aportan un marco unificador y explican una afinidad de habilidades mentales que habían permanecido como misterios inaccesibles para los investigadores.
A pesar de que no hay que apresurarse a la importancia que trasunta este descubrimiento, es claro que las redes en neuronas en espejo, son el sustrato neuronal que hace posible el entendimiento de la mente de los otros. De allí que cobre sentido la sensación de empatía que desarrolla la meditación Mindfulness.
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