Burnout, Estrés y fatiga por compasión: Mindfulness en los sanitarios
En una encuesta actual realizada en el Reino Unido se informó de que, de los 817 médicos y especialistas que respondieron, el 81% podría retirarse antes de su jubilación, debido al estrés relacionado con su trabajo y los efectos sobre sus relaciones interpersonales, salud física y sueño.
Los profesionales de la salud son en concreto, muy vulnerables a la sobrecarga de estrés y el síndrome de burnout o síndrome del quemado profesional, que se caracteriza por las dimensiones de agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal (Maslach y cols., 2001).
Está estimado que un 60% de los médicos reportan este síndrome de burnout en alguna etapa de su carrera (McCray y cols., 2008).
Otro fenómeno muy conocido en contextos de salud es la fatiga por compasión, experimentada por un 20-70% de los médicos y referida a un estado de agotamiento emocional y reducción de la empatía provocados por las demandas incesantes de cuidado del paciente (Fernando y cols., 2017).
La exposición al estrés inseparable a esta profesión conlleva un impacto negativo no solo en los sanitarios, sino también en los pacientes que son atendidos.
La evidencia de la que disponemos recoge algunas de las consecuencias negativas del estrés: niveles altos de depresión, agotamiento emocional y ansiedad en los profesionales, así como un mayor aislamiento psicosocial, reducción de la satisfacción laboral, relaciones personales alteradas, reducción de la autoestima, sentimientos de soledad e, incluso, suicidio (Shapiro y cols., 2005; 2007).
Asimismo, estos tratamientos pueden dañar su actividad profesional al producir: absentismo, disminución de la atención y la concentración, aumento en las tasas de errores médicos, problemas en la toma de decisiones, reducción de la capacidad para establecer relaciones sólidas con los pacientes y menor satisfacción.
También los estudiantes universitarios dedicados a la salud se enfrentan a niveles significativos de estrés durante sus años de ensayos (Butler y Constantine, 2005), originando consecuencias adversas inmediatas y a largo plazo sobre su salud mental y bienestar (O, Driscoll y cols., 2017).
Ante este planteamiento, se presenta la necesidad de proporcionar a los profesionales de la salud y a los practicantes con estrategias que permitan reducir sus niveles de estrés.
Así, el National Health Service (NHS) y el National Institute for Health and Care Excellence (NICE), recomiendan las operaciones basadas en el mindfulness para la prevención y la gestión del estrés (National Institute for Health and Care Excellence, 2009).
Eficiencia del mindfulness en los sanitarios para ayudar al bienestar
Los programas de mindfulness se enseñan cada vez más en entornos de atención sanitaria y programas de entrenamiento como una manera para reducir el estrés y promover el bienestar de los profesionales de la salud (Irving y cols., 2009).
Diversos trabajos se han focalizado en la eficacia de estas operaciones en los sanitarios en activo. Burton y su equipo, 2017, llevaron a cabo una revisión sistemática y un metanálisis compuesto por nueve estudios en los que participaban médicos de atención primaria, profesionales de la salud mental, enfermeros, y otros profesionales del cuidado de la salud, y finalizaron que las operaciones basadas en el mindfulness tienen el potencial de rebajar el estrés entre los profesionales del cuidado de la salud.
Estos resultados han apoyado la investigación liderada por Khoury, que afirmaba que el programa MBSR es moderadamente efectivo para ayudar a reducir el estrés de este colectivo de profesionales.
Por otro lado, se han realizado estudios sobre diversos programas de manejo del estrés en el proceso de capacitación médica. La revisión de Shapiro y su equipo, 2005, encontró resultados positivos en aquellos estudiantes internos o residentes de medicina que habían participado en estos programas.
En la misma vía, Shiralkar y su equipo, 2013, encontraron apoyo a la eficiencia de distintas aproximaciones fundamentadas en el manejo del estrés en esta población. Pero, en concreto, es la aproximación a la enseñanza de la atención plena la que está ganando impulso. Dobkin y Hutchinson, 2013, realizaron una búsqueda bibliográfica que reveló que catorce escuelas de medicina enseñan mindfulness a sus estudiantes.
La primera universidad que incorporó un programa de reducir el estrés basado en el mindfulness integrado en el plan de estudios, fue la Universidad de Massachusetts, en 1985, y dos escuelas más han destacado por su integración en su curriculum.
También McConville y su equipo, 2017, han revisado 19 estudios realizados con estudiantes de medicina, enfermería, trabajo social y otros estudiantes de la salud que apoyaban la eficiencia del entrenamiento del mindfulness en la reducción de la ansiedad, el estrés y la depresión, y en el aumento de los estados emocionales positivos, la atención plena, la autoeficacia y la empatía.
Aparte de esto, se encuentran que los cambios en el estrés y la ansiedad se mantienen en el seguimiento. Por todo esto, se anima a la incorporación de la práctica del mindfulness en las facultades y en el entorno médico.
Eficiencia del mindfulness para ayudar al bienestar de los pacientes
Actualmente, existen pocos ensayos sobre la efectividad de las operaciones basadas en el mindfulness para mejorar las interacciones entre médicos y pacientes, y no se han podido medir de una forma clara los efectos de la atención plena y la autocompasión sobre el cuidado del paciente (Raab, 2014; Amutio-Kareaga y cols., 2017).
En cambio, algunos ensayos destacan el potencial de las operaciones basados en el mindfulness, y así facilitar una práctica más centrada en el paciente y una aproximación psicosocial al cuidado (Beach y cols., 2013), incluyendo un aumento de la capacidad para estar presente, abierto y sensible a las necesidades de los pacientes (Gockel, 2010).
Conclusiones del mindfulness en los sanitarios
Ante la necesidad creciente de encontrar estrategias eficaces de reducción de estrés en la población de profesionales de la salud, se plantea la necesidad de incorporar programas de mindfulness en los entornos médicos y en las facultades que se ocupan de la enseñanza a futuros sanitarios
Y es que la atención plena tiene el potencial de prevenir el burnout y la fatiga por compasión, permitiendo a los profesionales de la salud ser más conscientes de sí mismos, participar en actividades de autocuidado y administrar su estrés de manera más propia y adecuada.
Para terminar, y en lo relativo a la implementación y valoración de la eficiencia del mindfulness en las facultades, se plantean preguntas de que la evidencia disponible empieza a apoyar el uso de la enseñanza del mindfulness en estos contextos, quedan por resolver varias preguntas, y según las indicaciones ofrecidas, resulta fundamental realizar nuevos estudios para avanzar en este campo.
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