Mindfulness y la autocompasión

El objetivo de la práctica de Mindfulness es alcanzar la atención plena. Controlar el flujo de pensamientos, al punto de que nuestra atención pueda estar puesta en un objeto el mayor tiempo posible. Esta forma de atención consciente implica intencionalidad y motivación para la práctica, ecuanimidad y lucidez.

 

Los beneficios de esto son evidentes. Imagina la productividad que puede alcanzarse de este modo, al tiempo que se combaten condiciones psicológicas, estados y complejos. Las investigaciones dan la seguridad de que por este método es totalmente eficaz en el tratamiento de el abuso de sustancias, las alteraciones del sueño, la depresión, la ansiedad, etc.

 

Pero su impacto va más allá. La práctica de la meditación mindfulness desarrolla la autocompasión. Y ¿Cómo encaja este sentimiento en la atención plena? Esto es porque, en principio, sati, (su nombre original) era una práctica budista que no sólo buscaba esta virtud de estar en el presente, sino de verse a sí mismo como parte de ese presente, libre de los juicios que impone la sociedad y su cultura. Totalmente liberado de el auto-juicio, aceptándose como parte de la realidad y, como tal, una consecuencia directa de ella.

 

Uno de los fundamentos de sati dice que es como un pájaro, que necesita dos alas para volar. Una es la sabiduría, otra el corazón. Con esta última entendemos que la evolución de la mente al practicar mindfulness no es solo cognitiva, sino emocional. Y el carácter afectivo hace parte de ella.

 

Mindfulness se ha practicado, sin embargo, por muchos profesionales, sin la observación de este segundo elemento.

 

El problema del concepto de la autocompasión y la perspectiva en Mindfulness

 

Hay una importante aclaratoria que hacer en este punto. Existe una concepción errada de el concepto de compasión. En la actualidad, suele interpretarse como lástima y, cuando no es así, como empatía. Sin embargo, la compasión trasciende de la simple empatía, pues es también una motivación de aliviar el sufrimiento, una intención de prevenirlo.

 

Esto viene a ser fundamental para comprender su aplicabilidad en la psicología. Si Mindfulness ayuda a que aceptemos la experiencia que vivimos, sin importar su naturaleza, la autocompasión mindful es el camino para que aceptemos sin críticas y juicios a la persona que padece, que sufre, que somos nosotros mismos. Es, en otras palabras, una apreciación nueva del self.

 

De este modo, el trato hacia nosotros mismos será amable y comprensivo. Aquel que daríamos a un ser amado. Por tanto, la aplicación de esta meditación con la intención de vernos sin críticas, en el caso de que se padezca un trastorno psicológico o una condición psicológica particular, viene a ser crucial en el tratamiento de esta.

 

Aquí Mindfulness adquiere una función más holística e integral dirigida hacia la auto-compasión, siendo base para una terapia psicológica profundamente efectiva. Este cambio en la visión del propio ser, estimulado por la meditación, no solo ataca directamente el origen del problema, sino que sirve para reconocerlo y aceptarlo, y esto es determinante para iniciar el camino hacia la recuperación.

 

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