Nacidos para creer ¿Qué dice la neurociencia?
Para hablar sobre Neurociencia, espiritualidad y religiones, Ramón María Nogués ha publicado un libro con ese título. Este hombre es Catedrático de Biología Humana en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Se ha especializado en investigaciones genéticas de poblaciones y en la evolución molecular del cerebro. Ahora comparte su conocimiento sobre la relación entre el cerebro y las experiencias espirituales y religiosas.
Primordialmente, debemos distinguir entre los tipos de creencias. Existen aquellos actos básicos de confianza. Y están también las religiosas con estructuras culturales.
Esto nos dice Nogués para iniciar una clase de neurociencia, espiritualidad y religiones. Se diferencia la familiaridad con la vida diaria en que decimos que confiamos en nuestra suerte. Entonces creemos en nosotros. Pero cuando decimos que creemos en un paradigma estipulado es más complejo.
Ya hablaremos de construcciones sobre figuras, relatos, mitos. Fórmulas intelectuales e imaginativas (y hasta institucionales) para creen en…
¿De manera que partimos de un acto de fe en la realidad?
Ramón explica que en principio los animales viven sin necesitar depositar su confianza en la buena vida. Los humanos sí. Una característica puntual de lo religioso es la sumisión a ideas.
Esta imagen de vida y buenaventura es, sin duda, invención religiosa. Sin embargo, hoy día predomina la representación de liberación frente a la subordinación. Estamos hablando de la espiritualidad, frente a un plano psicológico.
Según él: “La confianza en la realidad es básica. Tanto para elaborar una ciencia como para elaborar un proyecto vital con sentido. La descripción de cómo son las cosas corresponde a la ciencia.
Mientras que la validación del deseo de vivir no. Este corresponde al modelo de fiabilidad que nos hacemos cada uno acerca de valor de la vida. Las religiones simbolizan este valor a través de sus relatos.”
¿Llevan la neurociencia, espiritualidad y religiones relación con el budismo?
Es curioso para este catedrático, pues el budista desconfía. Lo hace a un nivel muy básico, de la confianza en la realidad y en sí mismo. “El budismo no es una religión.
Y creo que, desde los supuestos budistas, es difícil construir una ciencia y una religión.”
Hoy día vivimos una revolución conceptual en que hacemos mezclas. Propuestas distintas se unen en formas confusas a veces. Recordamos la búsqueda de explicaciones a experiencias místicas. Pero no desde un punto sensorial sino del funcionamiento cerebral.
¿Qué nos dice la neurociencia de esta conexión? Existe un asunto de gravedad. Es que mientras se estudia la actividad cerebral, se reflejan sus cualidades y funciones al límite.
A modo de ejemplo: en la neurología clínica se evalúan las cuestiones de labor cerebral. Estas siempre se han descubierto a partir de la enfermedad. Pasa que es la patología una exteriorización clara de sus condiciones. De allí se conoce dónde se producen los fenómenos.
Se trata de estudiar lo religioso en sus expresiones más explosivas. Hablamos de anomalías espirituales o en arrebatos violentos, entre otros.
De modo que estos términos: neurociencia, espiritualidad y religiones, se conjugan en una investigación compleja. Sigue dando de qué hablar y se mantienen en constante redescubrimiento.