Mindfulness para niños como prevención de daños emocionales

Mindfulness para niños resulta incluso más sencillo de llevar a cabo que en adultos. Y no es precisamente la edad un hecho determinante, sino más bien el estado de la mente.

Porque Mindfulness es una práctica de carácter psicológico y la sensibilidad infantil es el espacio propicio para desarrollarlo.

Son muchos los que asocian las técnicas para enfocar la atención y disponer la mente correctamente, con lo místico o espiritual.

No es el caso de Mindfulness, pues, más que conseguir equilibrio espiritual (que es un “efecto secundario”) se propone el tratamiento de los pensamientos.

Las emociones van ligadas directamente al modo en que pensamos. De allí que mindfulness para niños resulte tan efectivo y práctico.

Redireccionar el modo en que los chicos enfocan sus pensamientos es más sencillo a través de una serie de prácticas cotidianas.

Mindfulness para niños y su impacto en el modo de ver la realidad

La realidad de los niños siempre está viéndose transformada. Pues descubren nuevas verdades y se emocionan ante nuevos enigmas con gran rapidez.

Asumen retos con el fin de ver modificado el presente inmediato y descubrir cosas nuevas.

No obstante, esa misma sensibilidad hacia el mundo, los hace vulnerables ante los cambios dramáticos y las impresiones más fuertes que puede ocasionar la vida.

Divorcios, pérdidas de seres queridos y decepciones, resultan imposibles de soportar y, en los mejores casos, el principio de depresiones. Esto en muchos casos.

Gran cantidad de esas depresiones, sencillamente, escapan a la vista de todos. Son muchos los niños cuya actitud y disposición hacia el mundo cambia radicalmente, sin que esto pueda ser notado.

Minfulness debe ser, entonces, una intervención que trascienda de ser un tratamiento y pase a ser una prevención.

No es necesario que esperemos a que nuestros pequeños necesiten la cura de daños, sino que los preparemos ante las adversidades.

En casa, puede llevarse a cabo una serie de ejercicios de atención que ayuden a tus hijos a manejarla. Este es un recurso básico al momento de necesitar despistar las emociones fuertes.

¿Cómo usar minfulness en los niños?

  • Una de las prácticas más eficaces es la de la meditación. Toma 10 minutos al día en los cuales, previa petición, los chicos estarán listos para el silencio y la concentración.
  • La meditación consta de muchas técnicas y etapas de profundidad; pero bastará con pedirles que durante diez minutos, solo enfoquen su pensamiento en su respiración.

Los sonidos que emite el cuerpo al respirar son muy sutiles y lograr escucharlos exigirá el silencio absoluto del lugar. Una habitación con cojines sobre los cuales apoyarse estará perfecta.

Con puerta cerrada, los niños buscarán ese objetivo y tú los acompañarás en el proceso.

  • Como parte de la misma meditación, puedes desarrollar con tus hijos, otro ejercicio muy útil.
  • En este, les preguntarás cuál es el tiempo que hay dentro; es decir, a través de un juego imaginativo, ellos tratarán de distinguir si es un día soleado o lluvioso, cuál es la temperatura de su día.

Esto les ayudará a ver dentro de sí y será un ejercicio perfecto para direccionar su atención.

Mindfulness para niños como terapia preventiva, puedes llevarlo a cabo a cualquier hora del día. Tus hijos así tendrán herramientas que les servirán en su proceso de aprendizaje en la escuela y en el fortalecimiento de relaciones.

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